La incertidumbre en la política gubernamental estadounidense ha impulsado el precio del oro en las últimas semanas. No es sorprendente que los inversores estén nerviosos sobre el rumbo del mundo financiero, especialmente en un mundo donde las potencias competidoras tienen perspectivas alternativas sobre dónde debe residir el equilibrio del poder financiero. Algunos, como los gestores en China y Rusia, quieren que el mundo se aleje de Occidente, un mundo liderado por el poder europeo y estadounidense.
No hay una respuesta cierta sobre cómo se verá el mundo financiero dentro de 10 años. Esta incertidumbre es una fuerza impulsora del aumento del oro.
No solo es Estados Unidos. Europa se está convirtiendo rápidamente en el punto decisivo en una batalla ideológica entre EE. UU. y China/Rusia.
El activo refugio más conocido del mundo no solo responde a Estados Unidos. Los desarrollos recientes en Europa sugieren que el metal amarillo también podría estar preparado para más ganancias. Mientras la Unión Europea lidia con una combinación de inestabilidad política, desaceleración económica e incertidumbre en la política monetaria, están surgiendo una serie de factores que podrían llevar a un precio del oro más alto.
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Inflación persistente vs. riesgo de recesión
Uno de los desafíos más urgentes que enfrenta Europa es el delicado equilibrio entre inflación y crecimiento. Aunque la inflación general ha disminuido desde sus picos de 2022, la inflación subyacente sigue siendo persistente en varias economías clave, incluidas Alemania y Francia. El Banco Central Europeo (BCE), que ha aumentado agresivamente las tasas de interés en los últimos dos años, ahora enfrenta una creciente presión para reducir las tasas, pero hacerlo demasiado pronto podría reavivar las presiones inflacionarias.
Este entorno de “estanflación ligera”, donde la inflación se mantiene por encima del objetivo mientras el crecimiento desacelera, históricamente favorece al oro. Los inversores suelen recurrir al oro como refugio de valor cuando los rendimientos reales son bajos o negativos. Si el BCE decide reducir las tasas prematuramente debido al bajo crecimiento del PIB en todo el bloque, el rendimiento real de los activos denominados en euros podría disminuir, lo que haría al oro una alternativa más atractiva.
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Repercusiones geopolíticas y gasto en defensa
La proximidad de Europa a los conflictos globales en curso—especialmente la guerra en Ucrania—continúa ejerciendo una fuerte influencia sobre su economía y política. A pesar del relativo estancamiento en el este de Ucrania, el conflicto ha escalado en un enfrentamiento geopolítico prolongado entre la OTAN y Rusia. Cada vez más países de la UE se comprometen con inversiones militares a largo plazo, lo que genera presión sobre los déficits fiscales.
El cambio de gasto hacia la defensa puede ser muy productivo y generar nuevos productos innovadores y una cultura de fuerza renovada—un rasgo a menudo olvidado en las estadísticas económicas globales. Esta visión optimista, por supuesto, no es la única posible. Es esta incertidumbre, junto con la incertidumbre continua sobre el futuro del apoyo estadounidense a Ucrania, la que ha impulsado el precio del oro. El oro, como cobertura contra el riesgo geopolítico, a menudo ve un aumento en la demanda en períodos de tensiones globales—especialmente cuando esas tensiones son geográficamente cercanas y fiscalmente desestabilizadoras.
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Perspectivas débiles para el euro
Estados Unidos no es el único país con condiciones económicas débiles. Los países europeos también están en la lista de economías que necesitan un impulso. Con el BCE reduciendo su tasa de depósito, las autoridades monetarias en Europa han expresado su preocupación sobre cómo se verá la economía en los próximos años.
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Demanda de bancos centrales e implicaciones de Basilea III
Los bancos centrales europeos, como muchos de sus contrapartes globales, se han convertido en compradores netos de oro en los últimos años. Países como Polonia, Hungría y la República Checa han incrementado significativamente sus reservas de oro, lo que refleja una creciente desconfianza en la sostenibilidad a largo plazo de la deuda soberana y los sistemas de monedas fiduciarias. Esta tendencia no muestra signos de reversión.
Las regulaciones de Basilea III, que tratan al oro físico de manera más favorable en el contexto de los requisitos de reservas bancarias, también han respaldado la demanda. Las instituciones financieras europeas ven cada vez más al oro como un activo de primer nivel confiable, especialmente en un entorno donde los bonos soberanos podrían dejar de ser libres de riesgos debido a preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda en el sur de Europa. Este viento regulatorio a favor agrega soporte estructural para precios más altos del oro a medio plazo.
Resumen
La Unión Europea se encuentra en una encrucijada, enfrentando una mezcla difícil de inflación, crecimiento lento y riesgos geopolíticos. Aunque ninguno de estos desafíos por sí solo podría desencadenar una subida sostenida del precio del oro, su efecto combinado presenta un fuerte argumento a favor del atractivo del metal.
Los inversores que buscan estabilidad en medio de una creciente incertidumbre probablemente encontrarán al oro cada vez más atractivo como cobertura—no solo contra la inflación, sino también contra los riesgos sistémicos en el tejido económico y político de Europa. Ya sea a través de la demanda de los bancos centrales, flujos de refugio seguro o rendimientos reales decrecientes, el camino por delante parece pavimentado con razones para esperar un precio más alto del oro.